Intimidad en pareja

 La intimidad es un concepto que en la práctica ha evolucionado mucho. Dentro de una pareja, sea del estilo que sea, sigue siendo un pilar fundamental. No podemos ser pareja sin ser persona primero, y ahí radica la importancia de esa intimidad.

Recuerdo historias pasadas en las que las familias vivían en una sola habitación. Allí se concentraban padres e hijos (muchos hijos). La intimidad tenía su espacio fuera de las paredes de esa estancia. En un paseo solitario, en un banco sin compañía o, quizás, ni se pensaba en ella.

Ahora las personas priorizamos la intimidad, pero la individual. A veces, hasta olvidamos que también tenemos una intimidad como pareja; sin embargo, la aireamos cada vez más. Contamos secretos a nuestras amistades, publicamos nuestras vidas en redes sociales... Es como si de pronto, esa intimidad de pareja no fuera importante o tuviéramos la necesidad de decir que ahí estamos, juntos, felices... Aunque a veces solo sea para la foto. 

Por otro lado, reclamamos una intimidad individual. Cada vez son más las parejas que no quieren compartir sus momentos de baño (entiéndase como lo que es), o que a pesar de tener hijos son incapaces de compartir cuenta bancaria, o que ni siquiera comparten momentos de ocio. Vamos a la relación con miedo a perder nuestro yo en un nosotros que es fundamental para que la vida en pareja funcione. "Quiero tener mi dinero por seguridad económica". "Quiero mis libros a parte porque los de mi pareja no me gustan o no tienen la misma relevancia que los míos"... Millones de excusa que solo hacen separar o dividir. Olvidamos que cuando decidimos compartir vida con alguien lo debemos hacer de forma plena.

Y yo me pregunto: ¿estamos olvidando lo que es la intimidad? ¿Hasta que punto es importante en la vida?

Lo he meditado algún tiempo y he concluido que hemos cambiado el concepto para mal. Vemos como correcto mantener relaciones sexuales con alguien en un primer encuentro o tal como lo conocemos (acto que hasta hace no mucho era algo muy íntimo; era como un aspecto de la intimidad de dos personas individuales, compartían sus intimidades), pero, sin embargo, soy incapaz de orinar u obrar delante de la otra persona y me justifico alegando que es algo muy íntimo. ¿No es íntimo que dos personas se toquen, se besen o se penetren? 

Tras pensarlo, uní el aspecto de la intimidad con el de las separaciones en la actualidad. La dificultad de encontrar una pareja, la exaltación actual que se le da a las amistades por encima incluso de la persona con la que compartes tu vida, esa fuerza sobrenatural que te empuja a tener vivencias sin ella... Eran muchas las cuestiones que se me ligaban en la cabeza a raíz de esta intimidad.     

Igual a mayor intimidad en la pareja más posibilidad de que esta dure en el tiempo. Compartir vida es eso, compartirla. En los aspectos más apetecibles (sexuales por ejemplo) y en los menos (problemas económicos). Es compartir estanterías, momentos en el baño, lista de la compra, sueños... Intimidades. Al final una persona que vive "realmente" en pareja, deja sus momentos de intimidad individual en su cabeza. No necesita más. Somos por naturaleza seres sociales, y cuando encontramos el apoyo de otra persona es lo único que vemos para seguir. Toca cambiar la intimidad por una que pertenezca a los dos. ¿Puede que el problema de las separaciones radique en la falta de intimidad? Puede que sea así en muchos casos, en otros, serán otros miles de causas.

Lo que sí me ha quedado claro que soy pareja cuando soy capaz de compartirlo todo. Cuando no solo convivimos y colocamos las pertenencias de uno y otro en un mueble, sino que eso conlleva además el mezclar los libros, la música y la vida de dos personas, para que ambas encuentren su intimidad conjunta. Así lo requiere el amor, no tiene más secreto.

Marta Monroy

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